Catedral de Como

La Catedral de Como, dedicada a Santa María de la Asunción, se encuentra en la Piazza Duomo, cerca del lago. Es una imponente mole arquitectónica de diversos estilos, desde el gótico tardío hasta el renacimiento y el barroco.

Fuera del ábside principal hay una inscripción que se remonta al 1513. Esta marca el inicio de las obras en esta parte del edificio y registra que la catedral románica dedicada a Santa María la Mayor fue refundada en 1396. Cabe destacar que esto coincide significativamente con las renovaciones de las dos principales obras de la familia Visconti de esa época. El Duomo de Milán y la Cartuja de Pavía.

La imponente fachada se destaca por el contraste entre las amplias superficies de mármol liso y las elegantes inserciones esculpidas. Su perfil presenta elementos salientes, realzados por las finas esculturas y relieves decorativos. En particular por las cuatro pilastras coronadas por agujas. Presenta tres portales de entrada y cuatro ventanas ojivales alargadas que flanquean un rosetón situado en lo alto.

Arte en la fachada de la Catedral de Duomo

El vasto programa iconográfico de la decoración esculpida, que data de los siglos XV y XVI, es en gran parte atribuible a Tommaso Rodari y su taller.

En la parte inferior de la fachada, numerosos elementos aluden al mundo clásico precristiano. Tommaso Rodari, en 1480, creó y colocó, a ambos lados del portal principal, en posición de honor, las estatuas de dos ilustres ciudadanos no cristianos de Como. En el edículo de la izquierda, Plinio el Viejo y, a la derecha, su sobrino Plinio el Joven.

El portal principal con arco de medio punto está rematado por una luneta y grupos escultóricos. La luneta de la puerta principal presenta una Adoración de los Magos esculpida en el último cuarto del siglo XV por Tommaso Rodari y su taller.

La parte superior está resaltada, a los lados, por dos tondos con las figuras de Adán y Eva.

Más arriba, cinco estatuas entre cúspides representan a la Virgen, a quien está dedicada la iglesia, que vela entre los santos Juan Bautista y Abondio, Proto y Giacinto, formando un auténtico políptico esculpido.

En lo alto, un joven que representa al Espíritu Santo emerge de un óculo.

Densas secuencias de santos y santas, dentro de nichos con cúspides, ascienden por los contrafuertes y recorren los marcos de las ventanas centrales.

En los lunetos de los portales laterales se suceden escenas narrativas: La Presentación de Jesús en el Templo, a la derecha, y la Adoración de los Pastores, a la izquierda.

Finalmente, la parte superior de la fachada, dedicada exclusivamente a la dimensión divina, representa una solemne cornisa del grandioso políptico.

Fachada Catedral de Como. visitarcomo.com
Fachada de la Catedral de Como

Lado Norte

La puerta del lado norte, conocida como la «Puerta de la Rana» está orientada hacia la sede del obispo y al Broletto. Tommaso y Giacomo Rodari la esculpieron alrededor de 1505. Presenta un bosque de motivos vegetales y animales. Entre los numerosos animales representados, se encuentra una rana vista de espaldas, a la que se le strabuye una leyenda popular debido a las frecuentes inundaciones del lago.

Lado sur

Una estructura similar a esta puerta se encuentra en la entrada sur (1491-1509), también obra de Tommaso Rodari, quien, con la índole estática de las figuras esculpidas, exhibe un lenguaje más arcaico que la suntuosa puerta norte.

Esta catedral no tiene campanario propio. Las cuatro campanas de la catedral están montadas en la torre cívica, separada de la fachada por el Broletto.

Interior de la Catedral

Tiene planta de cruz latina con tres naves jalonadas por doce pilares de haz que terminan en capiteles foliados; los tramos están cubiertos por bóvedas de crucería apuntadas. El crucero está rematado por una imponente cúpula.

La planta cuadrada, que descansa sobre los pilares de la nave central, sustenta la estructura gótica. Este estilo gótico, evidente principalmente en la tensión vertical del edificio. Se suaviza con la expansión de los espacios horizontales, culminando en la zona del coro, con las proporciones racionales propias de añadidos renacentistas. Aquí se produjo un cambio estilístico. Se amplió el crucero y se crearon dos ábsides laterales, de igual anchura que el mayor, que se proyectan hacia el exterior, creando una terminación en forma de triconca, claramente visible desde el exterior.

Esta disposición armoniosamente proporcionada fue respetada por sucesivos arquitectos, desde Solari hasta Filippo Juvarra. En 1730, este último propuso la solución para la cubierta, diseñando la imponente cúpula hemisférica con linterna, asentada sobre un alto tambor octogonal.

La riqueza del conjunto escultórico del Duomo no se limita a la decoración de la fachada y los portales. Tommaso Rodari, a menudo asistido por su hermano Giacomo, fue responsable de la ejecución de varios altares interiores de mármol.

Además, en el interior se pueden admirar tapices del siglo XVII elaborados en Ferrara, Florencia y Bruselas. También hay pinturas del siglo XVI, incluidas obras de Bernardino Luini y Gaudenzio Ferrari.

 

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