Para alejarse del bullicio de Como, hay que visitar Brunate, un lugar maravilloso situado a 700 metros sobre el nivel del mar. Conocido como el «Balcón de los Alpes», este encantador pueblo ofrece vistas espectaculares, cultura y aventura. Se puede subir a Brunate en el histórico funicular, que en pocos minutos nos eleva a un punto donde la belleza de Lombardía se despliega ante nuestros ojos: los majestuosos Alpes y la extensa llanura Padana.
Brunate es un pequeño y pintoresco pueblo enclavado en una colina que domina el Lago de Como. Desde allí, las vistas del lago y de la ciudad de Como, justo debajo, son simplemente mágicas. Es el destino ideal para quienes buscan tranquilidad, naturaleza y rincones llenos de encanto.

El ascenso a Brunate
El famoso funicular que conecta Como con Brunate recorre un trayecto corto pero fascinante, con una pendiente del 55%. Además, existen carreteras y senderos que permiten llegar caminando o en coche, disfrutando de la naturaleza en cada paso.
Puntos destacados de Brunate
- El Faro Voltiano: Una torre octogonal de 1927, erigida en honor al científico Alessandro Volta, inventor de la pila eléctrica. Situado en el punto más alto de la colina, ofrece vistas aún más espectaculares, especialmente al atardecer, cuando los paisajes se tiñen de luces y sombras.
- Las villas de estilo Liberty: el lugar es famoso por sus villas construidas en el estilo Art Nouveau, con líneas suaves y detalles inspirados en la naturaleza, como delicados motivos florales.
- La Iglesia de San Andrea: Un templo con frescos que datan de los siglos XV y XVIII, un remanso de paz y arte.
- Senderos que llevan a puntos panorámicos.

Naturaleza y gastronomía
Brunate invita a perderse entre bosques y senderos de montaña, disfrutando del aire puro y de la calma que solo la naturaleza puede ofrecer. Además, ningún viaje estaría completo sin degustar los platos típicos de la región. Puedes disfrutar de una deliciosa sopa de cebolla en alguno de los acogedores restaurantes locales o tomar un aperitivo con vistas inigualables de los Alpes y del lago.
Conclusión
Brunate no solo es un refugio para escapar del ruido de la ciudad, sino un lugar donde el tiempo parece detenerse. Aquí, la vista se relaja y el alma se deleita con los paisajes que la naturaleza nos regala.
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